Era un gran día en la radio. Llevábamos mucho tiempo esperando este momento. Siempre habían venido artistas de medio pelo o promesas que había que promocionar, pero eso había cambiado, llegaba a Cadena 100 Málaga el mítico Roger Hodgson. Venía a tocar a un pequeño teatro en el centro de la ciudad para un pequeño grupo de afortunados que, tras muchos años de no pasar por España, volverían a ver y escuchar en directo a uno de los grandes de la música, ¡¡¡¡¡y encima gratis!!!!!
Yo iba a ser uno de ellos, ya que por aquel entonces trabajaba como colaborador en la cadena, y le dije a un amigo que si se quería venir al concierto, que iba a ser la leche, que ya vería como toca el tío la guitarra y la voz que tiene... Al final lo convencí, ya que aunque él no lo conocía, era un concierto gratis, y esas cosas no se pueden rechazar.
Ese día venían a Málaga todos los peces gordos de la Cadena, el director, el subdirector (que por cierto era Carlos Finaly) y un montón de directores de la Cadena de toda España.
Llegamos al teatro sobre las 21:30, todo muy bonito, me puse a charlar con los jefes que ya los había conocido en Madrid otro día y a esperar a Roger.
Por fin llegó, delgado, pelo muy largo, barbita, parecía tímido. Yo estaba muy nervioso, aunque no tanto como él. Después de tanto tiempo, estaba muy nervioso pensando que las canciones no le iban a salir como antes, y no quería defraudar a su público. Me lo presentaron antes de empezar el concierto, a él y a su manager que tenía una pinta de julandra..., e inmediatamente fuimos a ocupar nuestros asientos.
El concierto iba a empezar... las luces se apagaron... y por fin... ¡salió a escena! Yo estaba emocionado, tocó los primeros acordes de guitarra y... aparece mi jefe y me dice que salgamos un momento. Yo me dije, bueno, por perderme una canción no pasa nada...
Me coge y me dice: Se me ha ocurrido una cosa. Le podemos comprar un ramo de flores para entregárselo al final del concierto, seguro que le hace mucha ilusión. Se lo he comentado al “dire” y le ha parecido una buena idea. ¿Podrías ir tú en un momento a comprar uno?
Me quedé un poco parado, ¡me voy a perder más canciones!, pensé yo, pero bueno, seguro que le gusta mucho. Llamé a mi amigo para que me acompañara, justo cuando acababa de terminar la primera canción y salimos fuera. En ese momento nos dimos cuenta que eran las 10 de la noche. ¿Dónde coño encontramos ahora un ramo de flores? El primer intento era evidente, vamos a las floristerías que hay en la Alameda que seguro que hay una de guardia...
Si si, de guardia, ¡todas cerradas! ¿Que hacemos ahora?, me pregunte, no conocíamos más floristerías que pudieran estar abiertas, salvo... ¡claro, la del cementerio!
Buscamos un taxi y nos fuimos para el cementerio. Llegamos corriendo a la floristería y le pido al tío que me monte un ramo de flores, pero le digo que es para dárselo a un cantante famoso que está cantando en un concierto en este momento. Se pone muy contento el nota, diciendo que le hacía mucha ilusión hacer un ramo para eso, que no sabía que flores poner... pos si no lo sabes tú que eres el florista... Por fin se decide el tío, y empieza a montarlo. Yo nada más que hacía mirar la hora, ¡que me iba a perder mucho concierto! Y el tío tenía una parsimonia en lo alto que no podía con ella. Se pone a contarme su vida, y yo metiéndole bulla para que se diera prisa.
Por fin terminó el ramo. Yo encima dándole las gracias porque me dijo que me había hecho un descuento (me daba igual, porque yo no lo iba a pagar...) y corriendo de nuevo a por un taxi.
Cuando llegamos a la puerta del teatro no me atrevía a mirar la hora aunque sabía que era un poco tarde, aunque tenía la esperanza de pillar alguna canción todavía... pero no, cuando llegamos dentro veo que la gente está de pie charlando esperando que Roger salga a firmar autógrafos.
En ese momento mi único consuelo y pensamiento era que le iba a gustar mucho y que lo conservaría como recuerdo aunque las flores se marchitaran.
Por fin salió. Yo me acerco y le doy el ramo en nombre de Cadena 100. Me embarga la emoción, Roger me da las gracias y... ¡¡¡se lo da a una niña pequeña que estaba al lado!!!
Me empieza a subir un instinto de asesino por el cuerpo, se empiezan a descojonar el director y todos los demás de la Cadena y yo empiezo a decir, ¡¡Yo a este tío lo mato!!
Me dieron una palmadita en la espalda y me dijeron, no veas como te lo has currado, pero el detalle con la niña también ha sido muy bonito, Roger es una persona estupenda. Yo en ese momento no pensaba eso exactamente pero me tuve que tranquilizar un poco. Reconozco que lo que más ayudó fue la cena que tuvimos después en uno de los mejores restaurantes de la ciudad (hasta tuvieron el detalle de invitar a mi amigo también), donde ponen el mejor marisco y las mejores carnes (al menos eso dicen ellos). Nos sentamos junto a Finaly y me estuvo toda la cena contándome anécdotas de artistas, pero la mejor anécdota de la cena fue cuando llega Roger y dice que es vegetariano y pasa de la carne y el marisco...
Después estuvimos en un sitio de copas donde teníamos un reservado y allí me compensó todo lo que había pasado anteriormente. Me tiré casi toda la noche hablando con Roger, un tío encantador, que consiguió que mereciera la pena todo lo que había hecho sólo para conocerlo.
.: Relato enviado por gomesman :.
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