Siempre he pensado que no podría mantener un blog interesante, porque no me pasan muchas cosas interesantes.
El sábado Eyring y yo fuimos al cine, a ver si nos colábamos. Nuestro enlace trabaja allí (su nombre permanecerá en el economato, así como el del cine al que fuimos), y fue el que nos dijo que nos pasáramos, que no había problema. El plan era perfecto: aparecemos un poco antes de que empiece la sesión, localizamos a nuestro contacto, y en un hueco nos cuela. Tenía que ser una película que no fuera de estreno, porque eran sesiones numeradas e íbamos a entrar sin entrada...
Bien, pues llegamos y no está. Bueno, vamos a preguntar a algún compañero. "Oye, ¿está Juan Ramón?" (nombre ficticio)
"¿Juan Ramón? Mmmm... ¡Ah, Juanito! Sí, lo que pasa es que creo que está cenando, espera..." (a grito pelao) "Pablooooo, Juanito está cenando, ¿verdad?"
"Sí, ¿le digo a alguien que lo avise?"
No, gracias, que ya empieza a saberlo demasiada gente...
Citando a Terry Pratchett, en la escala de las entradas a escena más discretas de la historia, estaríamos penúltimos, justo delante de las que hacía el 7º de Caballería.
Bien, el compañero de las voces nos dijo que preguntáramos en otro sitio. Fuimos allí y la escena fue básicamente la misma. Después de dos preguntas, un total de 6 compañeros sabían que "Juanito" estaba siendo buscado por dos tipos, que muy probablemente venían sin entrada, bajo la sofisticada excusa "no, si sólo pasábamos para saludarle".
El momento cumbre llegó cuando, media hora después, apareció "Juanito". Habiendo ya dado por perdido el objetivo de la discrección, procedimos a perder el de que no quedara muy descarado.
"¡Juan Ramón!"
"¡Hola! Perdonad, pero llego tarde"
"Ya, lo imaginamos"
"¿Qué película habeis venido a ver?"
"Muerte final 2" (nombre ficticio, y estándar)
"¿A qué sesión?"
"A la de las 12"
Mirada rápida al reloj... las 12:00...
"¿Teneis ya compradas las entradas?"
"No..."
Genial, o sea, que vamos a lo que vamos xD
"Pues esperad, a ver que se puede hacer"
Finalmente decidimos hacer mutis, porque había demasiados encargados vigilando las colas, y así evitarle problemas a nuestro contacto, qué menos después de lo bien que se portó a pesar de lo mal que nos lo montamos.
Resultado: quedamos regular tirando a mal y no vimos nada. Definitivamente, el crimen no compensa...
|