Como mañana tengo visita en casa, tocaba darle un repaso a la limpieza. Eyring siempre ha sido muy comprensiva conmigo en este aspecto, y nunca se ha quejado de lo pocilgosa que estaba la casa. Bueno, sólo en momentos muy puntuales y manteniendo una compostura inmerecida (y que siempre ha tratado de evitar en lo posible entrar al cuarto de baño, hasta el punto de hacerme llegar a pensar de que era mutante y su poder era el de retener la orina indefinidamente).
El caso es que si no limpio con frecuencia en casa es por varios motivos:
1) Apenas paro en la casa.
2) El poco tiempo que paso lo dedico a vaguear, o a El Bidorto.
3) No sé limpiar.
Especialmente las chicas me dirán "todo el mundo sabe limpiar". Craso error. Muchas amas de casa (bueno, seguro que no tantas) recibirían más ayuda con la limpieza si se dieran cuenta de que esto no es cierto. Limpiar no es fácil, porque para empezar no hay un método establecido, y además el término abarca una gran diversidad de tareas. Pues como la 1) y la 2) no las puedo evitar (me cuesta, me cuesta), quiero arreglar la 3), y para eso le he pedido ayuda a Eyring. Ha venido a darme clases y al final ha limpiado más de media casa.
Para empezar está la ambigüedad de los nombres de los productos. Sin ir más lejos, hoy he descubierto que el limpiamuebles no es para limpiar los muebles, sino para abrillantarlos. O sea, que no era para echarlo sobre el polvo, y concentrarlo en pelotillas para que fueran recogidas más fácilmente. Por lo visto primero se limpia el polvo con un trapo, y después se abrillanta con el a-partir-de-ahora-abrillanta-muebles. Y otro tema es la cantidad a echar, porque si echas demasiado dejan una capa pringosa, que sirve sólo para invocar al polvo.
Otra cosa, los paños para limpiar. Resulta que el mejor trapo para limpiar no son los trapos de cocina, sino aquella camiseta de naranjito que ha perdido hasta el color. Córtala en varios trozos, y listo. Supongo que como son de algodón y llevan muchos lavados hechos, no sueltan pelusas mientras que los usas y secan muy bien, no como las toallas portuguesas.
Para fregar el suelo, con la infinita variadedad que hay de fregasuelos con bioalcoholes al zumo de limón y pomelo con picatostes, pues no: lo mejor para los suelos "aceitosos" es echar en el cubo de la fregona... un chorro de vinagre. O sea, aliñas lo que viene a ser la cocina. Y es verdad que viene bien.
Y como eso, infinidad de trucos que no vienen en las etiquetas de los detergentes. Definitivamente, habría que celebrar el día de las amas de casa, esto no está pagado...
Ah, y por supuesto, como soy tan pésimo alumno, Eyring ha fregado casi todo. En mi defensa sólo puedo decir que todo esto no se puede aprender en un día, ni tampoco coger velocidad en el tema :(
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